Bajo presion

D: zumo de mandarina, leche con cereales
C: un trozo de carne rebozada y ensalada, macedonia de frutas
M: café, bolitas de chocolate, palomitas y gominolas (todo vomitado) 
C: yogur 0% y unos bocados de pizza

Merienda: soy incapaz de mantener el control cuando estoy fuera con amigos tomando algo, siempre acabo picando un poco de esto, un poco de lo otro, y como no me gusta gorronear, pues me compro yo mis propias porquerías, cuando lo único que debería hacer es mantener la puta boca cerrada. Así que voy al baño de la cafetería y vomito todo, lo más rápido posible para no levantar sospechas ni tener que dar explicaciones.


Cena: llego a casa todavía sintiéndome culpable, tengo el estómago cerrado y nada de hambre, pero mi madre se pone pesada, me dice que acaba de meter una pizza al horno, le contesto que yo no la quiero. Para hacerla callar, voy a por un yogur 0%, pero saca la pizza, corta un cacho y me lo pone delante.
- Ya te he dicho que no me apetece
- Pruébala aunque sea, un yogur solo no es una cena
No me apetece discutir, doy un bocado pequeño. Ni si quiera tengo hambre. Le ofrezco la mía rápidamente antes de que pueda servirse otro pedazo para ella. Busco el envase, para mirar las calorías, pero ya está en la basura. Hago tiempo, veo que sigue comiendo mi pedazo mientras busco los vasos, me alivia ver que al menos puedo salvarme un poco. Vuelvo a la mesa, queda menos de la mitad, me la acabo. Me sirve otro sin preguntar.
- Ya había acabado
- No, come un poco más, que eso no fue nada
- Pero que no tengo hambre
No me contesta, me quedo quieta un rato, bebiendo agua una y otra vez, preparándo el estómago para vomitar de nuevo. Noto que me mira de reojo, no deja de vigilar mi plato. Corto el pedazo a la mitad y empiezo a comermelo, lo dejo en el plato. Y aquí llega mi salvación. No sé como, mi madre vuelca un vaso y el agua cae sobre la pizza, queda completamente mojada. Limpiamos todo, mete el plato en el horno para evaporar el agua. Aprovecho el momento, recojo mi plato y me marcho a la habitación.
- Oye! Que saco esto enseguida eh?
- Déjalo, da igual, yo no quiero más
 
Al final no fue tan catastrófico como esperaba, no tuve que vomitar nada. Odio estas situaciones, no soporto sentirme controlada ni obligada a comer, y aun encima no poder quejarte porque lo único que haces es empeorarlo y conseguir que te estén más encima.
Menos mal que solo me queda un día aqui.
Mañana iré de compras con ella, a ver que tal... Creo que no me conviene nada ir por ahi a probarme ropa.