domingo, 12 de enero de 2014

En mi hambre mando yo

Mi estado de ánimo en la última entrada era bastante malo, y en los días siguientes empeoró, empeoró mucho (estuve muy cerca de cortarme cuándo yo nunca he recurrido a eso, como mucho arañarme pero sin dejar apenas marcas por lo general), pero ahora todo va mejor.
Me he pasado la última semana bastante recluída en casa, estudiando para los exámenes, tranquilita, leyendo, viendo pelis, haciendo vida familiar... Últimamente estoy muy casera. Todo el mundo está lejos, pero bueno... al menos no hay conflictos.
La mejor noticia es que estoy volviendo a hacer las cosas bien. He recuperado bastante el control, llevo días comiendo menos, bastante sano, con pequeños caprichos, bebiendo entre 1,5 y 2 litros de agua al día y haciendo algo de ejercicio en casa, que no es gran cosa, pero es mejor que nada. No estoy contando calorías, simplemente intento comer equilibrado, no almuerzo porque desayuno a eso de las 11, como bien (normal), meriendo un café y como mucho fruta, y ceno un yogur. Básicamente lo de toda la vida, que parece que es o único que llegó a funcionarme alguna vez.
Sinceramente no noto resultados, de hecho estoy bastante hinchada, pero me tiene que venir la regla pronto, así que no me preocupa, espero a llevarme la sorpresa cuando se vaya.
Por supuesto no me he pesado, no estoy preparada todavía, pretendo hacerlo más adelante, pero necesito verme mejor primero, volver al ejercicio del gym.. y no sé, a ver que pasa. De momento me siento bien con mis pequeños logros, tanto a nivel alimentación como en estabilidad emocional. 

miércoles, 1 de enero de 2014

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No quiero hacer balance del 2013, no lo necesito para corroborar que sigo siendo un completo fracaso a casi todos los niveles. 
Últimamente no estoy siendo nada feliz, por una cosa u otra, siempre falta o sobra algo, y cuando no, enseguida me encargo de boicotearme a mi misma.
Empecé bien el año, bebiendo garrafón (por lo tanto, nada borracha), con mis amigos un poco desperdigados por ahí, con Dream en la otra punta del país, con más kilos de los que me gustaría, con 0 autocontrol... Al menos los más especiales (que son pocos pero valiosísimos) consiguieron alegrarme y pasé una noche muy divertida, algo es algo, tendiendo en cuenta que la Nochevieja anterior fue insuperable.
No tengo propósitos, para no variar. Al igual que Emilia, me quedo con "ser feliz", no como un fin, sino como un medio. Me estoy dando cuenta de que hasta ahora he vivido justamente al revés, pasándolo mal siempre y aguantando el chaparrón para conseguir algo que nunca llega, y si llega, dura bien poco.
Esta simple reflexión me lleva a concluir que debería ser un año de grandes cambios, cuya única artífice puedo ser yo misma. Tan fácil como eso, sin embargo, por ahora no me veo con valor para llevarlos a cabo, ni con determinación suficiente como para saber que no me voy a equivocar.

Os deseo lo mejor a todas! (sabed que os sigo leyendo siempre) 
Feliz Año Nuevo.