miércoles, 31 de diciembre de 2014

2014

Por lo general, los seres humanos tienden a ponerse nostálgicos por estas fechas, les gusten o no, seal religiosos o no... el cierre de un año siempr es algo emotivo. El fin de una pequeña etapa. Consciente de que cada vez me parezco más a los miembros de mi especie, para bien y para mal, he querido volver a escribir aquí (nunca he dejado de escribir mis cosas sobre el papel), puede que por última vez, para hacer una pequeña revisión de este 2014 que se acaba.
Este año me propuse únicamente empezar a ser feliz, y os puedo asegurar que la mayor parte del tiempo no lo he cumplido. Llegó el momento de los cambios y lo pasé mal, después fui fuerte, y después... quise seguir como siempre. He estado muy triste, he estado muy sola, he estado muy deprimida y muy desesperada, he esperado a que pasara el chaparrón... pero he salido adelante por mi misma, y por fin, ha llegado la calma y ha salido el sol.
He dado los primeros pasos hacia una vida mejor, hacia una mayor autoestima y seguridad, pero queda un largo camino por recorrer. Llevaba varios años yendo al gimnasio, de forma irregular y por obligación autoimpuesta, pero este año he empezado a amar y necesitar el deporte. Para despejarme, para relajarme, para verme y sentirme bien, y para poder comer bien. Entrenar por libre o en clases dirigidas, probar cosas nuevas, ir sola o acompañada, lo importante es cogerlo con ganas y no caer en la rutina de hacer siempre lo mismo. Me encanta, me hace feliz, y sinceramente os digo que nunca había estado mejor físicamente, no sé cuánto peso, más de 50 seguro, y la verdad no me interesa saberlo, me fio de lo que veo en el espejo y de la ropa (hoy me queda genial ropa que ni pesando 47 kilos me cerraba). Por fin me he mentalizado de que los kilos solo son números, importa lo que realmente ves, importa estar sana. También he cambiado mi idea de belleza y de cuerpo perfecto... me sigue gustando la delgadez, pero saludable, fuerte. Dudo que nadie llegue a leer esto, pero ojalá ayude a alguien a tomar la decisión de empezar a hacer deporte para salir de los TCA.
Por lo demás, a pesar de lo mal que lo llegué a pasar, he iniciado varios proyectos a los que le tenia ganas, he viajado poco, que siempre es mejor que nada, y he cometido muchos errores buscando la felicidad de la forma equivocada. Pero todo ello me ha llevado a dónde estoy hoy, a aprender a no agobiarme con el presente (todavía tengo pendiente tomarme con calma el futuro), a ser menos cuadriculada, y más feliz.
Va a ser un año de cambios por el simple hecho de que termino la carrera en junio, y no tengo la menor idea de qué voy a hacer después, sé que voy a tener que moverme y expandir horizontes, empezar una etapa nueva, y en el fondo me apetece cambiar de aires, pero reconozco que tengo miedo a lo que me pueda dejar por el camino.

En definitiva, este año sí que habrá propósitos:
- Dejar de beber alcohol definitivamente.
- Tomarme el futuro con calma y afrontar lo que tenga que venir dejando los miedos a un lado.
- Seguir estudiando idiomas.
- Seguir haciendo deporte.
- Seguir aprendiendo a tocar la batería.
- Ser menos orgullosa.
- Ser más feliz.
¡Feliz año nuevo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario